UNDP Digital Guides - Economías para la Igualdad de Género

Introducción

El Informe sobre Desarrollo Humano muestra que, de 2015 a la fecha, el progreso hacia la igualdad de género se detuvo o incluso retrocedió en muchos países. La brecha en la igualdad de género es cada vez más amplia; los sistemas sociales y económicos que generan discriminación han permanecido inalterados. Con su Estrategia de Igualdad de Género 2022-2025, el PNUD ha elevado su ambición de ayudar a los gobiernos a cambiar las estructuras de poder que generan estas desigualdades.

Tanto la Estrategia de Igualdad de Género como la Estrategia Digital 2022-2025 identifican la digitalización como un habilitador que acelera el progreso hacia economías igualitarias de género.

Las tecnologías digitales se han vuelto fundamentales para la información que recibimos en las noticias todos los días, el conocimiento que adquirimos y las decisiones que tomamos. Las economías globales, las finanzas, la sociedad y la política están cada vez más interconectadas. La desconexión implica una exclusión total. Esta es una nueva forma de desigualdad que crea nuevas relaciones de poder: nuevas formas de empoderamiento y desempoderamiento.

La forma en que diseñamos y aplicamos nuevas tecnologías tiene el poder de remodelar sociedades y sistemas económicos enteros. Esto nos exige ser intencionales no solo con respecto a la inclusión digital, sino también en el desarrollo de estrategias nacionales digitales transformadoras en materia de género en su conjunto.

Mensajes clave

Al ritmo de progreso actual, se necesitarán otros 300 años para lograr la plena igualdad de género. Pero incluso eso podría ser optimista: el Informe sobre Desarrollo Humano muestra que el progreso hacia la igualdad de género se ha detenido o incluso ha retrocedido desde 2015 en muchos países. De hecho, las desigualdades de género se están ampliando a medida que los sistemas sociales y económicos que generan discriminación permanecen sin cambios. Por lo tanto, es innegable que el mundo no está en camino de alcanzar el ODS 5 (Igualdad de Género). Las desigualdades de género se magnifican aún más ante las crisis superpuestas que enfrentamos. Las mujeres se vieron desproporcionadamente afectadas por el Covid-19 y continúan enfrentando consecuencias desproporcionadas en la recuperación de la pandemia, además de ser más vulnerables a futuras pandemias. Las mujeres también enfrentan un mayor riesgo por los impactos del cambio climático y sufren más por conflictos y violencia. Y la mayor vulnerabilidad económica de las mujeres hace que los problemas en la cadena de suministro y el costo de vida sean aún más graves.
La forma en que diseñamos y aplicamos nuevas tecnologías tiene el poder de remodelar sociedades y sistemas económicos por completo. El mundo posterior a los teléfonos inteligentes es irreconocible en comparación con la época anterior a ellos, al igual que son pocas las vidas en el mundo que no han sido tocadas por la invención de Internet, incluso si siguen estando desconectadas. Esto hace necesario ser intencionales con respecto a la inclusión digital, tanto a nivel nacional como en las estrategias nacionales digitales en su conjunto.
La digitalización de las estructuras e instituciones económicas puede reducir o ampliar las desigualdades de género. El progreso hacia economías igualitarias de género puede ser habilitado mediante la mejora de la gestión financiera pública para garantizar una distribución equitativa de recursos, la eliminación de la segregación laboral para promover igualdad de oportunidades en el trabajo, abordar la exclusión financiera y digital para empoderar a las mujeres en la economía, y reducir los prejuicios y las normas sociales que perpetúan la desigualdad de género.
La gestión financiera pública digital por sí sola puede cambiar las reglas del juego. La digitalización de la gestión financiera pública puede facilitar el desarrollo y seguimiento de presupuestos sensibles al género, reformas fiscales para la igualdad de género y procesos de presupuesto con participación e inclusión. También puede mejorar la transparencia, eficiencia y rendición de cuentas, y permitir que las políticas de protección social y los servicios de atención lleguen mejor y respondan a las necesidades de todas las personas.
También estamos viendo cómo los registros digitales y las aplicaciones en línea están facilitando el acceso de las mujeres y las minorías rezagadas a las transferencias de efectivo públicas. Con el apoyo del PNUD, Sierra Leona desarrolló un sistema de código abierto para 30.000 trabajadores de la salud llamado OpenG2P durante la respuesta al ébola. Esto fue reinventado durante la respuesta al COVID-19 como una plataforma para distribuir prestaciones sociales.
La inclusión financiera que puede brindar la tecnología con las FinTech no tiene precedentes. Sin embargo, la brecha digital de género está ampliando la exclusión financiera existente de las mujeres. La falta de acceso a financiamiento y tecnologías digitales, la menor capacitación digital específica y la falta de modelos a seguir en el emprendimiento digital amenazan la capacidad de las mujeres emprendedoras para aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados digitales.
Considerar el poder de las tecnologías digitales en el contexto del futuro del trabajo es clave. Si bien el comercio electrónico y otras soluciones digitales están ayudando a mujeres y hombres a aprovechar nuevos segmentos de mercado, las nuevas tecnologías presentan una serie de desafíos en cuanto a la desigualdad de género y otras formas de desigualdad interseccional, como las habilidades digitales de género, el sesgo de género en los algoritmos que pueden utilizarse para escanear candidatos, o la prevalencia del acoso sexual en línea y la violencia de género que pueden desalentar a las mujeres a ingresar a la economía digital.
La desconexión equivale a la exclusión de diversos aspectos de la vida. La exclusión digital de género representa una nueva forma de desigualdad que da lugar a nuevas dinámicas de poder y normas sociales, lo que conduce a nuevas formas de empoderamiento y desempoderamiento. A nivel mundial, 2,7 mil millones de personas están desconectadas y las mujeres conforman la mayoría. Los hombres todavía tienen un 21 por ciento más de probabilidad de estar en línea que las mujeres, y llegan al 52 por ciento en los países menos desarrollados. Sin embargo, podemos aprovechar estas tecnologías para revertir esta situación. Por ejemplo, la inteligencia artificial sirve para rastrear el discurso de odio de género, monitorear los sesgos de género existentes y recopilar evidencia para informar mejores políticas sensibles al género en Uruguay, Filipinas, Colombia y Uganda.
Cerrar la brecha digital de género también conduce al crecimiento económico. De hecho, es esencial para el crecimiento económico de economías en desarrollo y desarrolladas, mientras que el costo de la exclusión de las mujeres del espacio digital tiene profundos impactos económicos.
A medida que los países se esfuerzan por desarrollar su infraestructura digital e implementar tecnologías cada vez más avanzadas, el PNUD los apoya en la construcción de una transición digital hacia economías y sociedades igualitarias de género. Para lograrlo, el PNUD ayuda a los países a poner metas medibles de igualdad de género en el centro de sus estrategias digitales nacionales. Además, el PNUD fomenta el diálogo entre miembros del movimiento por los derechos de las mujeres, formuladores de políticas y el sector privado para abogar por regulaciones que promuevan la igualdad de género y los derechos de las mujeres en el ámbito digital.

3,2 mil millones de personas en países de ingresos bajos y medianos acceden a Internet desde un teléfono móvil. En los países de ingresos bajos y medianos, la brecha de género en el uso de Internet móvil disminuyó anualmente del 25 por ciento en 2017, pero aumentó nuevamente al 16 por ciento en 2021, lo que se traduce en 264 millones menos de mujeres con probabilidad de usar Internet móvil en comparación con los hombres.
La brecha en el uso de Internet móvil es más pronunciada en Asia Meridional y África Subsahariana, donde la brecha de género es del 41 por ciento y 37 por ciento, respectivamente.
En comparación con los hombres, las mujeres tienen un 25 por ciento menos de probabilidades de utilizar las TIC para fines básicos.
La proporción de graduados en TIC es un 400 por ciento mayor en hombres que en mujeres (8,2 por ciento versus 1,7 por ciento).
Si las tendencias actuales continúan, será en 2080 cuando las mujeres estén involucradas en la mitad de todas las invenciones patentadas en las cinco principales oficinas de propiedad intelectual.
Las mujeres representan solo el 28 por ciento de los puestos en los consejos de administración de las corporaciones que operan en industrias relacionadas con STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), mientras que la proporción de directoras ejecutivas mujeres y mujeres en cargos directivos es solo del 3 por ciento y el 17 por ciento, respectivamente.
En la última década, los países de ingresos bajos y medianos perdieron 1 billón de dólares del PIB y 126 mil millones de dólares en 2020 como consecuencia de la exclusión de las mujeres de los espacios digitales
Más de mil millones de mujeres todavía no utilizan o no tienen acceso al sistema financiero.
A nivel mundial, solo el 2,8 por ciento del capital de riesgo se destinó a empresas emergentes lideradas por mujeres en 2019, y esta cifra disminuyó al 2,3 por ciento en 2020.
Para mediados de la década de 2030, hasta el 26 por ciento de los empleos de las mujeres podrían ser automatizados.

Riesgos y oportunidades para la sociedad

Este segmento debe servir como base para la formulación de teorías de cambio a nivel de programas, para informar el diseño e implementación de proyectos y brindar inspiración a los equipos de programas sobre cómo la tecnología digital puede respaldar o socavar las actividades del programa para lograr economías para la igualdad de género.

Políticas fiscales y sociales

Las tecnologías digitales pueden ayudar a desbloquear políticas fiscales y sociales receptivas al género y mejorar la gestión financiera pública: por ejemplo, las plataformas para la prestación de servicios gubernamentales, plataformas para el almacenamiento descentralizado de datos y datos basados en el consentimiento, y plataformas para pagos e identificación digital ayudan a aumentar la eficiencia de costo en la prestación de servicios sociales.
Mayor acceso a servicios en línea: una identidad digital tiene el potencial de facilitar la vida de las mujeres al permitirles acceder a protección social, conectividad móvil, productos financieros, educación e incluso empleo. Las tecnologías digitales y los servicios electrónicos también permiten que las mujeres y las niñas, incluidas aquellas con discapacidades, mujeres mayores y mujeres de comunidades remotas, tengan acceso a servicios de telemedicina y salud electrónica.
Mejora de los sistemas de atención y soluciones para abordar la pobreza de tiempo y reducir la carga de trabajo no remunerado: las mujeres dedican significativamente más tiempo que los hombres a las responsabilidades de cuidado no remuneradas. Esto reduce significativamente su tiempo disponible para el desarrollo de habilidades o el empleo remunerado. Las innovaciones tecnológicas pueden usarse para diseñar sistemas de atención sensibles al género y desplegar soluciones para reducir la pobreza de tiempo y la carga de trabajos de cuidado.

Mercados laborales digitales inclusivos

Las oportunidades de empleo habilitadas digitalmente tienen el potencial de superar la segregación ocupacional y fomentar la participación de las mujeres en el mercado laboral. Los procesos de transformación digital ofrecen mejores oportunidades a las mujeres y niñas para obtener empleos vinculados al ámbito digital, incluso en los campos de STEM y TIC. El trabajo independiente y el teletrabajo también ofrecen flexibilidad y oportunidades mejoradas para equilibrar la vida personal y profesional, lo que permite a las mujeres ingresar o volver al mercado laboral, especialmente después de interrupciones en el empleo inducidas por la pandemia. Al mismo tiempo, los estereotipos y sesgos pueden persistir e incluso agravarse en los espacios digitales, y la flexibilidad también puede llevar a la precariedad y a la difuminación de las fronteras entre el trabajo y la vida personal, con mayores consecuencias para las mujeres. Por lo tanto, los procesos de transformación digital deben pensar de manera integral en el futuro del trabajo.
Aumento de oportunidades de educación y capacitación: las tecnologías digitales mejoran las oportunidades de educación, tutoría y capacitación, y permiten que las mujeres tengan un mejor acceso a la información. Por ejemplo, tecnologías inmersivas, tecnologías espaciales, visualización de datos en 3D y aplicaciones ludificadas pueden utilizarse para programas de tutoría y capacitación más efectivos.

Desbloqueo del poder de la conectividad

Mayor acceso a información y datos para fortalecer la autonomía de las mujeres: la monopolización de la información y el conocimiento es una barrera clave para la participación de las mujeres en la economía. Los medios digitales pueden utilizarse para abordar la brecha de información y promover la autonomía de las mujeres. Por ejemplo, los datos producidos por las tecnologías de Internet de las cosas (IdC) en la agricultura pueden ser utilizados por las mujeres para aumentar la productividad de sus cultivos; mientras que los chatbots con asesoramiento jurídico personalizado pueden ayudar a las mujeres a acceder a la propiedad de tierras o servicios de asesoramiento vocacional personalizados.
Ampliación de las oportunidades de mercado y acceso a servicios financieros y activos: las tecnologías digitales e innovaciones tecnológicas ofrecen múltiples posibilidades para que las mujeres accedan a servicios financieros, seguros y otros activos, para ingresar a nuevos mercados, aumentar la eficiencia de la gestión y más. Desde billeteras móviles y plataformas de comercio electrónico hasta tecnologías blockchain que certifican productos de mujeres, las aplicaciones son infinitas.
Soluciones de energía basadas en tecnología para la generación de medios de vida en la economía verde: el acceso a la energía es una condición previa para que las mujeres escapen de la pobreza multidimensional, desarrollen las habilidades y el conocimiento necesarios para prosperar en la economía digital y aumenten la eficiencia de sus emprendimientos empresariales. También ofrece oportunidades para la generación de empleo verde para mujeres en la distribución, venta y mantenimiento de soluciones de energía limpia.

Transformación digital y ecosistemas empresariales e innovadores

Los ecosistemas empresariales e innovadores sensibles al género pueden ayudar a desbloquear el potencial de todas las personas de diferentes orígenes como creadores en la economía digital. Servicios de incubación y aceleración a medida que satisfagan las necesidades e intereses estratégicos de mujeres de diferentes orígenes (como personas que viven con el VIH y personas LGBTQI+), servicios de desarrollo empresarial personalizados y capacitación en habilidades empresariales tienen el potencial de liberar el poder empresarial de las mujeres como fundadoras y creadoras.
Las tecnologías digitales pueden ayudar a las mujeres de diferentes orígenes en la transición de actividades generadoras de ingresos en pequeña escala a empresas exitosas. Las innovaciones tecnológicas ya están ayudando a llevar actividades básicas generadoras de ingresos a empresas de mediana a gran escala. Por ejemplo, tecnologías de ubicación geoespacial, modelos de visualización en 3D y tecnologías inmersivas se utilizan para desarrollar esquemas de mentoría empresarial, capacitación en habilidades empresariales, y redes empresariales entre pares.
La transformación digital de ecosistemas empresariales e innovadores sensibles al género puede ayudar a abordar las desigualdades de género. Empresas sociales, nuevas empresas tecnológicas y emprendedores sociales están aprovechando el poder de mercado de los ODS para abordar las desigualdades de género a través de modelos empresariales innovadores. Desde tecnologías de Internet de las cosas (IdC) como botones de pánico contra la violencia de género, aplicaciones para crear redes de mentoría lideradas por mujeres y dispositivos que proporcionan conexión Wi-Fi, energía y agua limpia a comunidades enteras, las posibilidades de generación de nuevos modelos de negocios digitales son infinitas.
El impacto de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en la igualdad de género es un fenómeno complejo y de dos caras, pero que puede traer oportunidades. Por un lado, la IA ha desempeñado un papel significativo en el análisis de datos para identificar disparidades de género y patrones, mitigar los sesgos de género y analizar publicaciones en las redes sociales u otras fuentes digitales para monitorear el discurso de odio de género y enviar señales a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil. Por ejemplo, el PNUD ha prototipado una herramienta de monitoreo de género en redes sociales en Uganda, Colombia y Filipinas. Sin embargo, la IA también puede profundizar las desigualdades y causar daño, especialmente a las mujeres. Dado que la sociedad patriarcal da a las mujeres más que perder en términos de reputación y posición social, las mujeres están expuestas a mayores riesgos de la IA que produce información falsa o imágenes y audio digitales que están artificialmente alterados o manipulados. Es innegable que los sesgos de género son reproducidos por las tecnologías de IA cuyos algoritmos son entrenados por programadores sesgados moldeados por normas sociales discriminatorias y en conjuntos de datos generados en nuestro mundo desigual, y esto puede tener resultados adversos cuando las mujeres solicitan crédito o empleo que utilizan procesos de toma de decisiones algorítmicos.

Normas sociales

Transformación de las normas sociales y del comportamiento: la tecnología puede impulsar el cambio de comportamiento y ya se está utilizando para romper normas sociales discriminatorias. Por ejemplo, la realidad virtual, la realidad aumentada y las tecnologías inmersivas pueden usarse para combatir la discriminación de género, lo que permite a los usuarios experimentar momentos clave en la historia feminista, encarnar a una mujer en una ocupación dominada por hombres o enfrentar interacciones laborales complejas.
Soluciones digitales y tecnológicas que abordan la violencia de género: los servicios web, las aplicaciones móviles y los dispositivos de geolocalización pueden ayudar a conectar a las sobrevivientes de violencia de género con servicios de emergencia y salvar sus vidas. Las tecnologías de IA pueden rastrear el discurso de odio de género y la información errónea en las redes sociales para ayudar a dar forma a mejores políticas.
Las tecnologías digitales pueden ayudar a revertir la reacción contra la igualdad de género: para responder al estancamiento, a la reversión de la igualdad de género y a las resistencias a los avances en los derechos de las mujeres, la estrategia actual de igualdad de género incluye por primera vez el objetivo de fortalecer la comprensión y respuesta a la reacción a través de la investigación, nuevas herramientas y mediciones más precisas.

Las normas sociales, los sesgos y los estereotipos amplían la brecha digital de género: las normas sociales y los estereotipos de género pueden evitar que las mujeres y las niñas aprovechen por completo las oportunidades sociales y económicas que ofrecen las tecnologías digitales. Por ejemplo, los estereotipos sobre el papel de la mujer en la sociedad pueden evitar que elijan campos STEM en la educación superior. La falta de modelos a seguir y currículos y materiales de capacitación sin género también crea barreras. Las normas de género y los estereotipos culturales también afectan el acceso de las mujeres y las niñas a dispositivos digitales, especialmente en hogares de bajos ingresos, donde el acceso a recursos informáticos puede ser dirigido de niñas y mujeres a niños y hombres.
Accesibilidad de equipos y datos: la accesibilidad sigue siendo una de las principales barreras para el acceso digital de mujeres y niñas, dado que en promedio tienen niveles de ingresos más bajos. Las altas tarifas de datos y los costosos dispositivos móviles agravan este problema, especialmente en áreas con limitaciones de conectividad. Aunque la digitalización alcanzó un ritmo sin precedentes durante la pandemia de COVID-19, las mujeres todavía representan la mayoría de los 2,7 mil millones de personas sin conexión. Los hombres tienen hasta un 52 por ciento más de probabilidades de estar en línea que las mujeres, que tienen un 25 por ciento menos de probabilidades de utilizar las TIC para fines básicos y cuatro veces menos probabilidades que los hombres de tener habilidades avanzadas en TIC.
Diseño de productos y servicios con sesgos de género: la subrepresentación de las mujeres como desarrolladoras de TIC y la consideración de los hombres como receptores predeterminados pueden resultar en servicios que refuercen involuntariamente los sesgos de género o no aborden las necesidades de las mujeres. Las tecnologías basadas en el diseño algorítmico y el aprendizaje automático, como las aplicaciones de calificación crediticia, los sistemas de reconocimiento de voz, los motores de búsqueda o las plataformas de contratación de empleados, reproducen y a veces multiplican y exacerban el sesgo de género del mundo analógico.
Falta de capacitación digital, financiamiento y oportunidades laborales: las mujeres están subrepresentadas en el campo tecnológico y en la alta dirección de empresas tecnológicas. Las mujeres enfrentan barreras para desarrollar y mejorar las habilidades necesarias para acceder a esos empleos. Además, un entorno laboral discriminatorio afecta la permanencia en el puesto y el ascenso de las mujeres en su carrera profesional. Debido a la discriminación, la desigualdad en el acceso a la financiación y la disponibilidad de capacitación y oportunidades profesionales, las empresas tecnológicas propiedad de mujeres y los negocios de comercio electrónico propiedad de mujeres tienden a ser más pequeños, menos financiados y tienen un potencial de crecimiento más limitado en comparación con los de propiedad masculina.
Ciberacoso, ciberseguridad y violencia facilitada por la tecnología: Internet y la tecnología digital tienen un gran potencial para empoderar a mujeres de diferentes orígenes, pero también pueden representar amenazas significativas para su empoderamiento socioeconómico. Las mujeres tienen 27 veces más probabilidades de enfrentar acoso en línea que los hombres. Las mujeres que experimentan múltiples formas de discriminación interseccional, incluyendo mujeres de color, mujeres con discapacidades, personas LGBTQI+ y defensoras de los derechos de las mujeres, siguen estando en mayor riesgo de acoso en línea, abuso y violencia, como el ciberacoso, la persecución en línea, el abuso de imágenes íntimas no consensuadas, el acecho para fines sexuales, el discurso de odio de género y otros tipos diferentes y nuevos de violencia de género que aparecen en juegos o en nuevas plataformas como el metaverso. Estos ataques a menudo obligan a las mujeres y niñas a autocensurarse, reducir su participación o abandonar por completo las plataformas de redes sociales, y ello limita su libertad de expresión, daña a la democracia y a las sociedades en su conjunto.
Las políticas digitales que no son sensibles al género exacerban las desigualdades que profundizan la brecha digital de género: la falta de análisis de género y datos desglosados, por género, edad, discapacidad y ubicación, que informen las políticas, y la falta de adopción de un enfoque interseccional en las políticas digitales, dificultan abordar las barreras relevantes y satisfacer las necesidades de las mujeres y las niñas. Las políticas digitales que no son sensibles al género exacerban las desigualdades que luego profundizan la brecha digital de género. Por ejemplo, las políticas de conectividad universal, sin medidas políticas que fomenten el acceso de las mujeres al equipo y los datos, inevitablemente dejarán atrás a las mujeres.

Sugerencias de programación digital del PNUD hacia economías para la igualdad de género

Las economías para la igualdad de género engloban una amplia gama de enfoques programáticos, decisiones de proyectos y objetivos de fortalecimiento de capacidades. Aquí destacamos tres áreas de particular relevancia para abordar este problema desde un enfoque integral de toda la sociedad. Sin embargo, esto no descarta la relevancia de los demás elementos de la Estrategia Digital del PNUD, algunos de los cuales son fundamentales en la programación digital del PNUD para la igualdad de género. Es importante que veamos esta guía y la guía digital “Gobernanza y Capacidades Estatales” de forma complementaria, ya que están interconectadas. Recomendamos explorar la brújula digital para considerar cómo quienes hayan estado en contextos similares han abordado estos temas.

Enfoque del PNUD en la expansión de la digitalización para economías para la igualdad de género

El PNUD adopta un enfoque integrado para lograr la igualdad de género en las economías, con el objetivo de transformar los sistemas económicos y de poder que generan y mantienen las desigualdades de género. Este enfoque abarca la erradicación de la discriminación y la segregación de género en el mercado laboral; facilita la mayor utilización de tecnologías digitales, finanzas digitales, comercio electrónico y cadenas de valor digitales por parte de las mujeres; y aboga por políticas, leyes y regulaciones que garanticen a las mujeres igualdad de derechos sobre la propiedad, el crédito, la tierra y los recursos naturales. La seguridad económica y el empoderamiento de las mujeres también deben ser centrales en los planes de recuperación sostenible después de desastres.

Las tecnologías digitales pueden moldear el funcionamiento de los servicios públicos, los mercados privados y la gestión financiera pública. Extender servicios públicos y financieros digitales sensibles al género, así como aprovechar herramientas digitales para la generación de ingresos y el emprendimiento, son elementos clave para avanzar en el empoderamiento económico de las mujeres dentro de la Estrategia de Igualdad de Género (2022-2025). La utilización de herramientas y tecnologías digitales puede servir como catalizador para amplificar las voces y la agencia de las mujeres al conectar a activistas de derechos de las mujeres, organizaciones de mujeres, movimientos feministas y más, aumentando así su visibilidad y fortaleciendo sus redes. Las estrategias nacionales digitales son el principal instrumento para avanzar en esta agenda.

El PNUD comprende que la salud y la prosperidad de las sociedades dependen significativamente de cómo las personas gestionan sus vidas digitales, por lo que es esencial establecer los parámetros digitales adecuados ahora. Esto incluye la infraestructura pública digital, que representa las "vías férreas" (identificación digital y sistemas de pago) sobre las cuales los países pueden construir nuevos servicios (como la atención médica y la gobernanza electrónicas) a los que el público puede acceder las 24 horas del día y con solo un toque en sus dedos. Esto significa que las personas pueden evitar costosos viajes desde las zonas rurales a las ciudades, una barrera significativa en muchos países en desarrollo que afecta desproporcionadamente a las mujeres.

A medida que el futuro del trabajo se vuelve cada vez más digital y las formas y culturas del comercio acompañan estos cambios, es probable que aumente el riesgo de desplazamiento laboral. Sorprendentemente, el 11 por ciento de los empleos actualmente ocupados por mujeres corren el riesgo de ser eliminados por la tecnología digital, un porcentaje más alto que en los empleos ocupados por hombres.

Las economías globales, las finanzas, la sociedad y la política están profundamente entrelazadas. Por lo tanto, abordar las intersecciones entre el desarrollo sostenible, el clima, la igualdad de género y las tecnologías digitales será fundamental.

El enfoque del PNUD para utilizar la transformación digital como acelerador de las economías con igualdad de género se basa en cinco pilares fundamentados en el Marco de Transformación Digital del PNUD. Es importante ver esta guía y la guía digital "Gobernanza y Capacidades Estatales" (que estará disponible próximamente) como complementarias. Dado que los enfoques pueden variar según el contexto del país, recomendamos explorar la Brújula Digital para descubrir enfoques ejemplares en contextos relevantes.

Figure 1. UNDP's Approach: Digitalization to further Gender Equal Economies
*Source: UNDP (2023)*

Servicios Públicos y Plataformas Digitales

Políticas Fiscales y Sociales
Las políticas fiscales y sociales, así como la gestión financiera pública, deben llevar a cabo una transición digital sensible al género.

Trabajar en la adopción de sistemas fiscales digitalizados redistributivos y progresivos que reconozcan el trabajo no remunerado de las mujeres y promuevan la igualdad económica y de género, así como en el acceso equitativo a servicios públicos sensibles al género.
Promover la desagregación de datos específicos por género relevantes, incluyendo la composición de los hogares y la contextualización de las categorías económicas y fiscales, para permitir un análisis detallado del impacto de género en las leyes fiscales, presupuestos y gastos gubernamentales.
Apoyar los presupuestos sensibles al género y las inversiones públicas transformadoras de género en servicios gubernamentales digitalizados, como plataformas de pagos interoperables, identificación digital, declaraciones de impuestos, reembolsos de IVA, gestión de tierras, servicios de inmigración y servicios sociales sensibles al género en áreas como la atención médica y la educación.
Fomentar la eliminación de sesgos de género explícitos en las políticas fiscales y abordar los sesgos de género implícitos aprovechando la tecnología para poner fin a prácticas fiscales perjudiciales y medidas de tributación regresivas.
Impulsar subsidios y tarifas reducidas: colaborar con gobiernos y el sector privado para asegurar que Internet y otras herramientas digitales sean accesibles y asequibles, especialmente para las mujeres. Fomentar soluciones como la reducción de costos de Internet, brindar acceso a servicios en idiomas locales, revisar impuestos y tarifas, y mejorar incentivos para aumentar la propiedad y el acceso.
Apoyar el desarrollo de inversiones fiscales para fomentar la alfabetización digital de las mujeres y el acceso a infraestructura básica: asegurar el papel central de las maquinarias nacionales de mujeres y trabajar con ministerios como los de economía, finanzas y educación para coordinar y garantizar que se implementen presupuestos sensibles al género en beneficio de las mujeres y las niñas en la era digital, y en particular, que se realicen inversiones fiscales en la alfabetización digital básica y avanzada de las mujeres, así como en el acceso a Internet y a tecnologías digitales y equipos.
Aprovechar las inversiones públicas para desarrollar infraestructura digital pública y bienes públicos digitales sensibles al género que fomenten economías con igualdad de género: los bienes públicos digitales, con su naturaleza de código abierto, ofrecen una oportunidad única para abordar las desigualdades de género apremiantes. Como coanfitrión de la Alianza de Bienes Públicos Digitales, el PNUD ha estado apoyando a los países en el desarrollo de infraestructura digital pública en el centro de su trabajo. Para fomentar el desarrollo de bienes públicos digitales y de una infraestructura digital pública sensibles al género, el PNUD, con el apoyo del Gobierno de Japón, a través de Digital X, lanzó el desafío 'Catalizador Económico de las Mujeres' en 2022.

Habilidades de Alfabetización Digital

Mercados Laborales Digitales Inclusivos
La brecha de género en la industria de las TIC se reduce y la digitalización de los mercados laborales contribuye a eliminar la segregación de género vertical y horizontal en el Futuro del Trabajo.

Apoyar el desarrollo de políticas laborales sensibles al género y adoptar un enfoque de ecosistema para mejorar el acceso igualitario de las mujeres a roles y avance profesional en el campo tecnológico y más allá: fortalecer los diálogos de política con gobiernos, instituciones de formación y empleadores en la industria de las TIC para asegurarse de que las intervenciones de capacitación estén alineadas con las demandas laborales sectoriales. Promover el empleo decente y abordar el problema de la precariedad y la informalidad de la economía informal de pequeña escala mediante políticas digitales sensibles al género. Asegurar que las políticas consideren las necesidades en entornos de crisis donde los medios de vida basados en trabajos temporales comprometen el acceso a largo plazo a oportunidades de empleo de calidad, especialmente para las mujeres refugiadas.
Apoyar el avance de habilidades de alfabetización digital inclusivas y accesibles para las mujeres: desarrollar y garantizar el acceso a educación en áreas STEM sensible al género y apoyar la formación formal y no formal en campos STEM, incluyendo aquellas dirigidas a expandir la alfabetización digital, desarrollar habilidades digitales básicas y avanzadas, y aquellas que amplíen el acceso a la educación y las carreras relacionadas con las STEM. Entre las acciones sugeridas se encuentran las siguientes:
- Mejorar la producción, recopilación y evaluación de datos (desglosados por sexo, edad, discapacidad y otros) para informar programas de capacitación digital, recualificación y mejora de habilidades adaptados a diferentes necesidades y circunstancias.
- Desarrollar perfiles ocupacionales sectoriales sensibles al género para informar sobre las tendencias actuales y futuras en la demanda laboral, tanto en el sector público como privado.
- Establecer alianzas con el sector educativo para apoyar a los docentes en el uso de herramientas digitales en escuelas y otras instituciones, incluyendo el apoyo continuo en relación con contenido sensible al género y seguro, y fomentar el interés de las niñas en STEM.
- Colaborar con organizaciones y redes de mujeres en el diseño de materiales y programas de formación relevantes.
- Apoyar a la academia, a las instituciones tecnológicas y a las organizaciones locales de mujeres para capacitar a mujeres y niñas de zonas rurales, especialmente aquellas con baja alfabetización, en habilidades digitales básicas.
- Garantizar la adopción de una combinación de modalidades de enseñanza que se adapten a las necesidades y expectativas de las mujeres, incluyendo campamentos tecnológicos, competencias, programas de mentoría y cursos en línea.
Aprovechar las tecnologías de vanguardia en iniciativas de mejora y perfeccionamiento: Identificar oportunidades en realidad virtual, realidad aumentada, metaverso, visualización en 3D, ubicación geoespacial y entornos inmersivos como vías para aprender habilidades técnicas o implementar programas de mentoría.
Ayudar a las empresas en el sector de las TIC, empresas tecnológicas, plataformas digitales y operadores de telecomunicaciones a transformar las prácticas comerciales para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres: Por ejemplo, ayudarles a evaluar las brechas de género que impiden el progreso de las mujeres en la escalera laboral con la plataforma en línea "Equality@Work" del PNUD o ayudarles a obtener la calificación “Sello de Igualdad de Género del Sector Privado del PNUD”.

Sello de Igualdad de Género para el Sector Privado del PNUD

El Sello de Igualdad de Género para el Sector Privado es un programa innovador que involucra al sector privado en la consecución de estándares de excelencia para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el mundo empresarial. El SIG es una herramienta para que las empresas privadas se unan y contribuyan a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El programa ha creado una asociación dinámica entre el sector privado, el sector público, los sindicatos y el PNUD, que tiene por objetivo brindar una herramienta para desarrollar políticas públicas, fomentar un diálogo constructivo, invitar a las empresas a pasar de los compromisos a la acción y proporcionar pruebas de sus esfuerzos para abordar las desigualdades de género más apremiantes.

Dimensiones abordadas por el Sello

El Sello de Igualdad de Género para el Sector Privado se basa en los impactos de igualdad de género en ocho áreas críticas de las operaciones de las empresas. Así, el sector empresarial se compromete a transformar regulaciones, políticas, procedimientos, operaciones y cultura organizacional en:

Gobernanza y estrategia: integración de la igualdad de género en la gestión organizacional.
Remuneración: detección y eliminación de brechas salariales basadas en el género.
Desarrollo profesional: aumento de la participación de las mujeres en la toma de decisiones en niveles intermedios y superiores de la gestión.
Equilibrio entre trabajo y vida personal y cuidado: mejora del equilibrio entre trabajo y vida personal y adopción de una responsabilidad social compartida.
Selección y contratación: aumento de la presencia de género minoritario en áreas ocupacionales tradicionalmente dominadas por un género.
Prevención y gestión de la violencia de género y el acoso sexual: garantía de tolerancia cero hacia el acoso sexual y la violencia de género en el lugar de trabajo.
Marketing y comunicación: aseguramiento de que la comunicación sea inclusiva y no sexista tanto interna como externamente.
Gestión de la cadena de suministro: inclusión de una perspectiva de género en toda la cadena de suministro e inclusión de empresas propiedad de mujeres.

Más información: www.genderequalityseal.org | www.gendersealprivatesector.org

Negocios y Servicios Financieros

Inclusión Financiera y Digital
La exclusión financiera y la brecha digital de género se reducen, especialmente en emprendimiento y acceso a cadenas de valor.

Facilitar una mayor inclusión de las mujeres, en todas sus diversidades, como usuarias.

Diseñar herramientas y contenido sensibles al género y amigables para el usuario: diseñar y desarrollar versiones amigables para quienes navegan por sitios web; usan herramientas, aplicaciones y servicios digitales para mejorar la accesibilidad. Asegurarse de que el diseño tenga en cuenta las barreras que enfrentan las mujeres, especialmente aquellas de grupos vulnerables que pueden tener habilidades de alfabetización más bajas y/o discapacidades. Simplificar el contenido, cuando sea posible, y mejorar la adopción de herramientas como los diálogos vía chat y la búsqueda por voz. Asegurarse de proporcionar capacitación adecuada, sensible al género y a la sociedad, sobre cómo aprovechar estas herramientas para no desanimar a quienes son nuevos en estas tecnologías.
Aprovechar los datos para identificar desigualdades en el acceso y uso: Mejorar el uso de datos desglosados e indicadores y realizar encuestas regulares para identificar y analizar las barreras específicas del contexto que enfrentan las mujeres y los hombres para poseer y utilizar herramientas y tecnologías digitales. Apoyar el fortalecimiento de las agencias nacionales de estadísticas en la generación de datos desglosados por sexo, la mejora de las herramientas de recopilación de datos y la capacidad de incorporar el análisis de género. Colaborar con grupos de expertos, instituciones de investigación y académicas para encontrar nuevas fuentes de información que ayuden a validar y fortalecer los datos y hallazgos.
Supervisar la implementación: Supervisar de manera regular las medidas dedicadas a abordar las desigualdades en el acceso, uso y propiedad de herramientas digitales. Aprovechar la evaluación para informar sobre cómo se puede mejorar el acceso y el uso para personas, incluidas aquellas mujeres de diferentes orígenes.

Flujos de capital, inversiones e inclusión financiera digital.

Adaptar productos y servicios (incluso vía tecnología financiera) a las necesidades específicas de las mujeres: las necesidades de las mujeres varían a lo largo de sus vidas; estas necesidades pueden ser satisfechas mediante una amplia gama de productos y servicios financieros digitales. Por lo tanto, el diseño de intervenciones puede basarse en el perfil demográfico de niñas y mujeres. Por ejemplo, las niñas en edad escolar pueden necesitar productos de ahorro o préstamo para fines educativos, mientras que las mujeres adultas pueden necesitar efectivo para gastos diarios o inversiones para emprendimientos comerciales, y las mujeres mayores pueden necesitar productos financieros para cubrir gastos de salud y tener ingresos después de la jubilación.
Aprovechar la experiencia del PNUD en la promoción de grupos de ahorro comunitarios para incentivar la adopción de la educación financiera y desarrollar la capacidad de ahorro de las mujeres:Las tecnologías digitales, como plataformas, aplicaciones y sistemas para digitalizar operaciones, pueden hacer un seguimiento de metas alcanzadas y comenzar a construir historiales de crédito, lo que desbloquea el acceso a recursos de instituciones financieras formales.
Ayudar a estructurar instrumentos financieros sensibles al género e innovadores: los instrumentos financieros como bonos de género, bonos de sostenibilidad o bonos temáticos con un fuerte enfoque en la igualdad de género pueden proporcionar acceso al capital necesario para financiar la digitalización de micro, pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres, el trabajo de mujeres innovadoras y proyectos críticos como innovaciones climáticas para mujeres agricultoras. El PNUD tiene la capacidad de apoyar seis pasos clave para emitir bonos: involucrar a las partes interesadas gubernamentales, establecer marcos de bonos sensibles al género, identificar partidas presupuestarias elegibles, realizar una revisión externa independiente, emitir el bono, hacer seguimiento y presentar informes.
Ayudar a catalizar inversiones con enfoque de género: brindar apoyo en la catalización de inversiones destinadas a financiar empresas que trabajen para mejorar la vida de las mujeres y niñas, que estén dirigidas por mujeres o que desarrollen tecnología sensible al género o la infraestructura necesaria para fomentar la participación de las mujeres en la economía digital (como sistemas de atención mejorados o sistemas de prevención y respuesta contra la violencia de género más sólidos). Ayudar a conectar el capital privado con las oportunidades de inversión (a través de iniciativas como los Mapas de Inversión para los ODS), facilitar y estructurar soluciones de financiamiento combinado entre inversores públicos, bilaterales/multilaterales e inversionistas comerciales. Hacer un seguimiento de los impactos en la igualdad de género de los flujos de capital con tecnologías digitales.
Digitalización de transferencias en efectivo: impulsar la digitalización de las transferencias de efectivo del gobierno para catalizar la inclusión financiera digital de las mujeres.
Apoyar garantías y colaterales: trabajar en colaboración con bancos de desarrollo e instituciones financieras internacionales para apoyar el desarrollo de esquemas de garantía sensibles al género que faciliten el acceso a productos y servicios financieros digitales, teniendo en cuenta las barreras que enfrentan las mujeres y otros grupos marginados.

Acceso a los mercados y transformaciones digitales sensibles al género

Ayudar a mejorar el acceso a la información de mercado: aprovechar fuentes de datos innovadoras y tecnologías digitales, especialmente para las mujeres. Por ejemplo, brindar apoyo personalizado a las mujeres agricultoras para rastrear los precios internacionales de productos básicos o fortalecer la capacidad de las cooperativas de mujeres para identificar mercados de exportación con potencial.
Aprovechar las tecnologías blockchain para ampliar el acceso de las mujeres a los mercados:utilizar etiquetas para productos y servicios propiedad de mujeres o producidos por mujeres para abrir acceso a mercados premium y especializados, como los de productos orgánicos, comercio justo y productos verdes.
Aprovechar soluciones de comercio electrónico y mercados basados en redes sociales: para aumentar y fortalecer el acceso a nuevos mercados, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, las cooperativas de mujeres, los agricultores y los negocios propiedad de mujeres refugiadas. Colaborar con socios de comercio electrónico privados o sociales para aprovechar su tecnología, experiencia, base de clientes y canales logísticos para apoyar la expansión de negocios y abrir puertas a nuevos mercados.
Desarrollar Programas de Desarrollo de Proveedores (PDP) sensibles al género: para mejorar el acceso de las empresas a nuevos mercados digitales. Apoyar al sector tecnológico en el desarrollo de cadenas de suministro sensibles al género. Utilizar los principios de los PDP para apoyar la digitalización de las micro, pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres.

Ecosistema de Innovación

Ecosistemas Digitales y Empresariales e Innovación
Los ecosistemas digitales y empresariales son sensibles al género y fomentan la inclusión de las mujeres en la economía digital.

Normas Culturales

Normas Sociales
Se desafían los sesgos y normas sociales, y se empodera a las mujeres para influir en las Estrategias Nacionales de Transformación Digital y en los Procesos de Transformación Digital.

Aprovechar las tecnologías digitales para revertir la reacción en contra de la igualdad de género: La Estrategia de Igualdad de Género del PNUD 2022-2025 incluye por primera vez el objetivo de fortalecer la comprensión y respuesta frente a la reacción en contra a través de la investigación, nuevas herramientas y mediciones más precisas.
Soluciones digitales y habilitadas por la tecnología para abordar la violencia de género: las aplicaciones digitales y las innovaciones tecnológicas se pueden utilizar para prevenir y abordar la violencia de género, que afecta desproporcionadamente a las mujeres y las excluye de participar plenamente en la economía. Por ejemplo, los servicios basados en web, aplicaciones móviles o dispositivos de geolocalización pueden ayudar a conectar a las sobrevivientes de violencia de género con servicios de emergencia y tienen el potencial de salvar vidas.
Aumentar los esfuerzos de sensibilización y promoción: utilizar conceptos basados en evidencia y datos para demostrar el potencial que tienen las tecnologías digitales y así reducir las desigualdades y promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Aprovechar los datos para identificar las desigualdades de género: realizar un análisis de género para asegurarse de que los modelos de inteligencia artificial y aprendizaje automático no reproduzcan los sesgos de género del mundo analógico. Llevar adelante un análisis de género con datos desglosados por sexo para comprender las normas sociales restrictivas que impiden el acceso de las mujeres y las niñas a las tecnologías digitales. Identificar otras desigualdades intersectoriales vinculadas a la edad, discapacidad, alfabetización digital, nivel de pobreza y ubicación (urbana/rural), entre otras.
Crear soluciones digitales en colaboración con los usuarios finales: garantizar que las soluciones no dejen a nadie atrás mediante la creación conjunta de casos de uso y funcionalidades, y la colaboración con los usuarios para comprender la experiencia del usuario y las barreras. Los procesos de diseño conjunto ayudan a garantizar que los productos y servicios no perpetúen las desigualdades por sesgos de género. Involucrar y considerar a las mujeres, especialmente aquellas de grupos vulnerables, desde el principio del proceso para que sus necesidades y prioridades únicas informen las soluciones creadas.
Establecer asociaciones para abordar las normas sociales: colaborar con la sociedad civil, los gobiernos, educadores, empresas de tecnología y medios de comunicación para abordar las normas sociales que obstaculizan el acceso de las mujeres, las niñas y otros grupos marginados a las herramientas digitales, a las oportunidades de educación en áreas STEM y digitales, y para combatir las expectativas de género, especialmente las relacionadas con los mercados laborales digitales y las cadenas de valor globales. Por ejemplo, asociarse con gobiernos, otros organismos de las Naciones Unidas y el sector privado para desarrollar campañas con modelos a seguir en STEM, y ofrecer oportunidades de mentoría para mujeres en las primeras etapas de su carrera en campos STEM.
Asegurar la participación de expertos en género y organizaciones de mujeres en la identificación de riesgos potenciales y consecuencias no deseadas de las tecnologías emergentes.. Por ejemplo, las plataformas de comercio electrónico o los canales de redes sociales como WhatsApp o Facebook pueden generar desequilibrios de poder en el hogar que exponen a las mujeres al riesgo de violencia doméstica.
Probar intervenciones conductuales alternativas: por ejemplo, asociarse con proveedores de telefonía móvil para brindar acceso completo a equipos y datos de forma gratuita o a costos muy reducidos. Intervenciones como esta pueden ser útiles para superar barreras de género profundamente arraigadas en las normas sociales, como el sesgo preferencial a favor de los hombres para asignar recursos digitales escasos con fines económicos o productivos.
Acceso a dispositivos seguros: proporcionar a las mujeres y las niñas acceso a las TIC y otras tecnologías en espacios públicos seguros, abordando las normas culturales que impiden su libre acceso. Dotar a las mujeres y las niñas de herramientas y habilidades para fortalecer su capacidad de identificar, gestionar, prevenir y responder a la violencia de género digital y la violencia facilitada por la tecnología.
Asociarse con proveedores de cuidados y organizaciones sociales para abordar las normas sociales restrictivas: asegurarse de que las normas sociales restrictivas arraigadas en contextos culturales y sociales no comprometan la participación de las mujeres en actividades educativas o económicas. Colaborar con proveedores de cuidados para abordar la escasez de tiempo experimentada predominantemente por las mujeres debido a la carga del trabajo no remunerado.
Crear entornos en las empresas de TIC que fomenten una mayor atracción y permanencia en el puesto de mujeres y otras personas marginadas: establecer mecanismos para identificar sesgos de género en los procesos de selección de personal en la industria de las TIC y aumentar la permanencia en el puesto de las empleadas mujeres. Aprovechar el Sello de Igualdad de Género del PNUD para el Sector Privado para establecer sistemas sensibles al género en el desarrollo profesional y las evaluaciones de desempeño. Fomentar el desarrollo de líderes mujeres y establecer medidas para abordar las barreras clave para su progresión. Implementar políticas para garantizar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el acceso a soluciones de cuidado apropiadas, licencias flexibles y licencias por paternidad, y para prevenir el acoso sexual. Proporcionar programas de capacitación ejecutiva y oportunidades de desarrollo de capacidades adaptadas a las necesidades específicas de las mujeres. Garantizar que se brinde capacitación y sensibilización a los empleados hombres y otros empleados para evitar consecuencias no deseadas y garantizar un sólido apoyo y voluntad política para respaldar el talento femenino.

Actores Digitales para las Economías para la Igualdad de Género

La programación digital para Economías para la Igualdad de Género requiere la colaboración de actores clave del sector público y privado, pertenecientes a los ecosistemas digitales, empresariales y de innovación, así como gobiernos tanto a nivel nacional como subnacional, organizaciones de mujeres y organizaciones de justicia digital. Estos actores deben participar para fortalecer la capacidad de cada pilar del marco digital y proporcionar así la base para que la digitalización logre economías para la igualdad de género. Principales Actores para Involucrar para Lograr una Economía para la Igualdad de Género:

Gobiernos
El gobierno, tanto a nivel nacional como subnacional, debe participar en el desarrollo y la implementación de estrategias nacionales de digitalización y políticas digitales que promuevan la igualdad de género. Estas estrategias deben incluir metas medibles de igualdad de género y políticas efectivas para garantizar que la digitalización sea un facilitador de la inclusión de las mujeres en la economía. La inversión pública dirigida puede asegurar una conectividad a Internet de amplio alcance y garantizar que se eliminen los obstáculos para la participación de las mujeres en el mundo digital, como las habilidades, el equipo, la seguridad digital y la financiación. Las políticas destinadas a fomentar el desarrollo de soluciones digitales e innovaciones tecnológicas deben garantizar que impulsen el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular aquellos relacionados con la igualdad de género, y deben adoptar medidas específicas para apoyar a las mujeres emprendedoras y fundadoras de empresas tecnológicas. Los ministerios clave incluyen, entre otros, los de finanzas y economía, digital e ICT, comercio, educación y trabajo.
Empresas de tecnología, empresas de telecomunicaciones y plataformas digitales
Los operadores móviles y proveedores de tecnología pueden ofrecer vías para ampliar el acceso de las mujeres a la conectividad y al equipo a tasas asequibles. Por ejemplo, ofrecer incentivos personalizados para que las clientas mujeres adopten las TIC. Las asociaciones público-privadas con estos actores son fundamentales para garantizar la conectividad de las mujeres y la adopción de tecnología y soluciones digitales. Además, las empresas de tecnología son clave para superar las barreras que enfrentan las mujeres y otros grupos de género vulnerable en el acceso, retención y avance en campos STEM y la industria tecnológica. Por ejemplo, deben participar en la estimación de la demanda de puestos de trabajo en TIC, eliminar barreras a la contratación y selección de mujeres en la industria tecnológica, promover el liderazgo de las mujeres en el sector digital, desarrollar nuevos modelos de negocio alineados con los ODS para abordar las desigualdades de género y abogar por los derechos digitales y la justicia.
‍Organizaciones de mujeres, movimientos de mujeres y organizaciones de derechos digitales y justicia
Esto es fundamental, por ejemplo, para asegurar que los productos digitales satisfagan las necesidades e intereses estratégicos de las mujeres y otros grupos de género vulnerables. Estas organizaciones son igualmente cruciales para impulsar la transformación de las normas sociales y culturales.
Sector privado, instituciones financieras internacionales, inversores, firmas de capital de riesgo, inversores ángeles y otras instituciones financieras
La participación del sector privado es valiosa para dar forma a políticas y fomentar colaboraciones público-privadas impactantes. Estas colaboraciones también pueden extenderse a socios de empresas sociales y organizaciones filantrópicas. Esto es de suma importancia para lograr economías para la igualdad de género. El sector privado también es un actor clave para el progreso profesional de las mujeres y las oportunidades de emprendimiento, especialmente en el comercio electrónico, la inclusión financiera digital y como innovadoras y fundadoras de startups tecnológicas. Las federaciones empresariales, las cámaras de comercio y las organizaciones sectoriales son socios críticos para asegurar que las estrategias y políticas digitales sean transformadoras en cuanto al género. Las instituciones financieras internacionales, los inversores, las firmas de capital de riesgo y otras instituciones financieras también son fundamentales para desarrollar tanto bienes como infraestructura que sean públicos, digitales y transformadores en cuanto al género, ampliar el alcance de la infraestructura básica, financiar empresas tecnológicas lideradas por mujeres, desarrollar productos de tecnología financiera sensibles al género, establecer mecanismos de financiamiento mixto destinados a financiar modelos de negocios disruptivos e innovaciones tecnológicas que promuevan la igualdad de género, entre otros.
Academia
La academia desempeña un papel clave en la recopilación y desglose de datos, así como en el desarrollo de análisis que resalten los desafíos, barreras y riesgos que enfrentan las mujeres de diferentes orígenes en el mundo digital. La academia también es un actor clave para abordar las normas sociales y los estereotipos, incluido el acceso de las mujeres y las niñas a la educación y las carreras STEM. También desempeñan un papel clave en la adaptación de sus planes de estudio a las necesidades cambiantes del mercado laboral en cuanto a habilidades digitales, así como en la capacitación técnica y terciaria y las habilidades blandas necesarias para mantenerse en el mundo laboral.
‍Incubadoras de negocios, aceleradoras y proveedores de servicios de desarrollo empresarial
Los actores clave de los ecosistemas digitales y empresariales y de innovación incluyen a las aceleradoras de empresas, las incubadoras de negocios y los proveedores de servicios de desarrollo empresarial. Para que sus servicios se ajusten a las necesidades e intereses estratégicos de las mujeres de diferentes orígenes, como las personas LGBTQI+ o las personas que viven con el VIH, deben ser sensibles al género. Esto significa que deben utilizar contenido relevante, canales apropiados y accesibles, asignar tiempo para la capacitación en habilidades empresariales y alfabetización digital en horarios adecuados, fomentar el desarrollo de programas de mentoría y redes de pares, ayudar a ampliar las redes sociales y empresariales de las mujeres y mucho más. ‍

Ejemplos de Programación

Oportunidades para Economías para la Igualdad de Género

Anondomela - a free-of-cost alternative e-marketplace

En Bangladesh, durante la pandemia de COVID-19, el PNUD desarrolló Anondomela (www.anondomela.shopa), un mercado en línea alternativo sin costo. Anondomela fue respaldado por ekShop en el marco del Proyecto A2 I. Este mercado en línea ha permitido el acceso a nuevos mercados para pequeños empresarios, el 80% de los cuales son mujeres, y también para empresarios de tercer género, quienes reciben capacitación especializada en comercio electrónico y educación financiera, además de acceso a teléfonos inteligentes. Mira este video sobre cómo la plataforma Anondomela está capacitando a mujeres y empresarios de tercer género para un crecimiento económico inclusivo y desarrollo sostenible.